
Curar, supervisar y personalizar: las claves del docente ante la IA
Si bien la Inteligencia Artificial (IA) lleva años siendo soñada, pensada y desarrollada, tanto por la ciencia como por la literatura, desde la salida de ChatGPT a fines de 2022, parece acaparar cada vez más espacios de nuestras vidas.
Es que, queramos o no, usamos y somos atravesados por la IA en un sinfín de terrenos: desde que seleccionamos una canción en una plataforma de música hasta cuando usamos el GPS.
Y la educación no es la excepción. La inteligencia artificial está transformándola automatizando tareas, personalizando el aprendizaje y facilitando la evaluación. Sin embargo, para que la IA funcione de manera efectiva y ética, necesita algo fundamental: la supervisión humana.
Aquí es, entonces, donde debemos hablar del concepto “human in the loop” o, mejor dicho: el humano en el medio de la cosa, para que no se salga de control.

¿Qué significa “Human in the Loop”?
Por lo general, y quizás persiguiendo el clickbait, se suele afirmar que la IA nos va a reemplazar en todo lo que puede reemplazarnos, cuando lo que en verdad sucederá, es que se integrará como una tecnología más, como lo son internet o la luz.
En dicho contexto, «human in the loop» se refiere a la integración activa del ser humano en el funcionamiento de sistemas de IA; aunque se habla y discute de la intervención humana en procesos tecnológicos y sistemas automatizados desde mediados del siglo XX.
Por ejemplo, en el control de calidad, las personas supervisan productos y corrigen fallos que las máquinas automáticas no pueden identificar con exactitud. En el ensamblaje de vehículos o aparatos electrónicos, los trabajadores colaboran con robots para tareas que requieren mayor destreza manual y precisión, que las máquinas solas no pueden hacer. Esto también sucede en otros ámbitos industriales, como el desarrollo de software, la ciberseguridad o la logística.
Es que, aunque herramientas como GPT, Perplexity o NotebookLM, para citar algunas de las más populares, pueden procesar grandes volúmenes de datos y ofrecer respuestas automatizadas, es el criterio humano el que garantiza la precisión y la ética de sus resultados.
Docentes in the loop
Por eso, en este artículo queremos apelar al concepto de humano en el bucle para invitar al docente a meterse en el medio y tomar el toro por las astas, convirtiéndose en el curador y supervisor de esta nueva tecnología. Un docente puede seleccionar y curar datos relevantes, supervisar algoritmos, personalizar contenidos a las necesidades del estudiante, corregir errores o sesgos y fomentar un uso ético y responsable, para empezar. Además de contar con un aliado para profundizar en el armado de clases y para automatizar tareas repetitivas.
Esta colaboración entre la tecnología y el docente es esencial para lograr un aprendizaje verdaderamente adaptado a las necesidades de cada aula.
Hoy por hoy, muchas herramientas, como las ya ultra mencionadas ChatGPT, Perplexity o NotebookLM, permiten ser entrenadas con fuentes seleccionadas por uno mismo, alejándolos de la idea generalizada de que la IA es una gran IA sola que responde todo como un oráculo.
El docente, con su experiencia y sensibilidad pedagógica, tiene la oportunidad de seleccionar y curar los datos que alimentan esas IA. Y al hacerlo, se asegura de que la información sea de calidad, relevante y libre de sesgos, para citar un tipo de intervención.
Lo mismo con la evaluación automatizada de exámenes, la IA puede marcar respuestas atípicas, pero es el profesor quien decide si estas respuestas merecen una consideración especial.
Este filtro humano es necesario y permite que la tecnología complemente la enseñanza, manteniendo siempre el toque personal y adaptado que caracteriza a un buen proceso educativo. Así, el docente no solo supervisa la IA, sino que también la guía para que sus resultados sean coherentes con los objetivos educativos del aula.
Conclusión
El concepto «human in the loop» reafirma que, en la era de la IA, el rol del docente es más crucial que nunca. Su participación activa asegura que la tecnología se utilice de forma ética, precisa y adaptada a las necesidades de los estudiantes.
La gran mayoría de herramientas de Inteligencia Artificial son gratuitas y de uso libre, y están al alcance de la mano, en cualquier computadora, celular o Tablet. Por eso invitamos a todos los educadores a explorar, buscando que la IA y la experiencia humana se complementen para transformar la experiencia en el aula potenciando lo mejor de cada humano.
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